La naturaleza, en su forma más abstracta, se despliega ante nosotros como un lienzo en blanco repleto de infinitas posibilidades.

Con este proyecto se busca el contacto con una naturaleza desconocida, pues hay que crear con lo que ya no vuelve a crecer. La cual cosa produce a la persona al finalizar la actividad, una sensación de bienestar, alegría y esperanza.

Durante la última semana de abril, Cal Gras, una residencia de artistas con trastornos mentales situada en Avinyó, nos acogió para participar en la 13ª edición del proyecto para entidades de Salud Mental de Cataluña, «Natura és Cultura«.

Un proyecto dirigido por el artista Quim Moya y otras colaboraciones como el ingeniero forestal Ignasi Vilarasau, la psicologa y bailarina Maria Ribera y la Fundació Setba.

Conocimos parte de la naturaleza equilibrada que nos rodea y diferentes árboles con los que convivimos en Cataluña.

«Cada hoja que cae en otoño nos recuerda lo efímero de la vida, mientras que la explosión de colores en un campo primaveral nos infunde esperanza y renovación.»

Pintamos rebanadas de tronco de árbol, con la finalidad de expresar en una imagen lo que se había escrito en la carta que  mandamos a los alumnos y alumnas de 4to de la ESO que también participaban en este proyecto, pero desde otro punto.

La naturaleza nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en el mundo y maravillarnos ante su existencia, un espectáculo de primera fila.

Así que buscamos la parte del árbol que pudiera mantener el equilibrio sola.

¿Cómo?

Con 3 puntos de suspensión. Una tarea difícil ya que cada árbol, como las personas, es diferente.

Hemos creado esculturas únicas usando troncos de árboles caídos.
Pues dos piezas grandes se mantienen en equilibrio solo con tocarse una con la otra.

Estas esculturas son verdaderas obras de arte que destacan la belleza natural de la madera y su entorno. Cada pieza es única en su forma y diseño, capturando la esencia del árbol que una vez fue. El proceso de crear estas esculturas es una combinación de habilidad artística y respeto por la naturaleza, transformando un tronco sin vida en una obra que inspira admiración y conexión con la tierra.

Cada escultura cuenta una historia y transmite la paz y armonía que sólo la naturaleza puede ofrecer…